miércoles, 2 de septiembre de 2015

Los palos en la rueda al proyecto comunista



Las dificultades que atraviesa el Partido Comunista a lo largo de su lucha para fortalecer la conciencia de la clase obrera, se ven aumentadas por procesos que arrastran a dicha clase a posicionamientos ideológicos carentes del rigor científico que la define, provenientes de una izquierda carente de ideología y de concepción marxistas. Los trabajadores y las trabajadoras de Cantabria, así como sus hijos e hijas, estamos siendo constantemente bombardeados con informaciones concretas que se repiten hasta la extenuación. Las ideas lanzadas al espacio público son mucho más simples y mucho menos profundas para un verdadero debate político de lo que puede parecer.

De esta forma, nos encontramos con un espectro político pobre cuya base común es, en primer lugar, la idea antiobrera de gobernar para todos y todas, apelmazada tras el empleo del término “ciudadanos” como recurso para unificar las clases. El gobierno del pueblo y para el pueblo se diluye y se distorsiona, pues la composición de ese pueblo, de quién lo forma, es evitada y obviada por estas fuerzas políticas debido a la poca formación marxista que tiene la sociedad actual. En segundo lugar, la atribución común de facultades que no poseen, como la transformación de la sociedad a favor de los trabajadores mediante una votación y la llegada de sus miembros a las instituciones del Estado.

La transformación social que avance con el objetivo de eliminar el poder de los monopolios y de la burguesía se realizará por parte de aquellos que sufren las consecuencias de dicho poder, por lo cual es completamente imprescindible el fortalecimiento de las organizaciones obreras y de trabajadores, fundamentalmente los sindicatos. Sin este paso organizativo la idea de “poder” queda sustentada en el voto. Pero los comunistas no somos ingenuos ni mentirosos, por eso sabemos y decimos que existirá una ofensiva destinada a frenar los avances de nuestra clase, pues nunca se ha dado el caso de que la burguesía ceda amablemente sus propiedades a los trabajadores. Cuando eso ocurra el voto desclasado y desorganizado no va a parar las balas.

El Partido Comunista es consciente de que la Unión Europea ha forjado un marco en el que el principal motor de la producción es Alemania, y en el que España y el conjunto de los pueblos que la forman actualmente tienen un papel secundario y casi vacacional. No es posible la industrialización del Estado Español dentro de la UE. No es posible el gasto público en investigación y desarrollo dentro de la UE. No es compatible, ni siquiera, mantener una Educación y Sanidad Públicas y de calidad dentro de la UE. Por ello se hace evidente la necesidad de salir de esta estructura supraestatal, algo que ninguno de los “nuevos” o los “viejos” partidos políticos que canalizan los debates televisivos dice ni dirá.

La ilusión y la frustración son dos elementos simétricos, y el peligro que ello implica es evidente.



Para nosotros, no abandonar las posiciones ideológicas que basan nuestros actos en pos de una victoria electoral no supone más que un fuerte orgullo para un partido capaz de avanzar en semejantes condiciones. Nos ocultan incluso aquellos que comparten posicionamientos pero que están en otras fuerzas políticas. Los planteamientos comunistas no van a salir en la televisión, y prácticamente han sido desterrados de la vida académica. Más aun así existen, y cada vez es más difícil de ocultar. Sabemos que va a llegar un momento en el que el socialismo, el que se basa en socializar la producción, volverá a la escena política cada vez con más fuerza, asomando poco a poco la cabeza hasta dar con el puño encima de la mesa. Y no nos importa no contar con la simpatía o el apoyo de otros proyectos políticos, pues de verdad os decimos que no lo queremos. Sólo necesitamos a los trabajadores y trabajadoras a nuestro lado, y juntos, os ofrecemos la posibilidad de tomar el poder. Sin ambigüedades, sin mentiras, sin ilusiones.