El pasado 22 de diciembre, un joven de 25 años de la localidad de Matamorosa (Campoo de Enmedio), falleció tras sufrir un grave accidente laboral en la planta de mecanizados de precisión Talleres Mecaprec, en Vargas, especializada en la construcción de aspas para molinos.
El
joven, con iniciales D.A.G., quedó atrapado por una de las máquinas
de la empresa, produciéndose el accidente pasadas las cuatro y media
de la tarde, siendo posteriormente ingresado en el Hospital de
Valdecilla, donde fallecería pocas horas después debido a las
lesiones sufridas en la cabeza.
Con
el fallecimiento de este joven, el año 2015 se ha saldado con la
muerte de 7 trabajadores en Cantabria y de remarcar es, que cuatro de
ellas han sido en la Comarca del Besaya. A él, se le unen Moustapha
Kebe, de 41 años el 27 de marzo, en las obras del Hospital
Valdecilla; un obrero en el polígono industrial Tanos-Viérnoles
(Torrelavega) el 16 de abril; un vecino de Guriezo de 50 años, que
falleció aplastado por una excavadora el 1 de junio; un trabajador
de MARE, que murió en la estación de bombeo de Santoña; un obrero
de Bridgestone (Puente San Miguel), que falleció al volcarse la
carretilla donde trabajaba el 8 de julio; y un empleado del servicio
de recogida de basuras de 59 años el 21 de julio en Mogro (Miengo).
Estos
lamentables fallecimientos son propiciados por la precarización de
los derechos y condiciones laborales, y todavía se encarnan más con
la juventud trabajadora, que mermados sus deseos de encontrar un
trabajo digno y a la altura de sus conocimientos, se ven abocados a
aceptar trabajos precarios y eventuales.
El
joven fallecido, además, no solo estaba trabajando en la fábrica de
Vargas, sino que esta condición se daba porque estaba desarrollando
sus prácticas de Formación Profesional Dual, programa que cursaba
en el IES Montesclaros de Reinosa, donde estudiaba el Ciclo Superior
de Formación por Mecanizado.
En
marzo de 2016, iba a terminar sus estudios después de tres años
junto a otro compañero que hacía las prácticas en la misma
fábrica, algo que no podrá ser por el trágico fallecimiento.
Este grave suceso pone de manifiesto las deplorables condiciones ya no
solo en las que trabaja la clase obrera en general y la juventud en
particular, sino en las que se realizan las prácticas de Formación
Profesional: sin estar asegurados, sin tener salario y haciendo el mismo
trabajo que cualquier trabajador pero en peores circunstancias.
Desde
CJC, lamentamos profundamente este fallecimiento, como el de los
otros seis compañeros fallecidos en el año 2015, y exigimos que
este acontecimiento sea investigado desde la Consejería de
Educación, con total garantía de que cualquier responsabilidad será
depurada, sea quien sea y sin importar su posición.
Desde
aquí, los CJC mostramos nuestro más sincero pésame y apoyo a
familia, amigos y compañeros del joven fallecido y volvemos a dejar
claro que es el sistema capitalista el causante de esta muerte, pues
saquea y roba a la clase obrera todos sus derechos y le arrebata lo
más preciado, su propia vida.
¡Accidente
laboral, terrorismo patronal!