A finales de verano, el
ayuntamiento de Torrelavega, con Lidia Ruiz Salmón al frente, formalizó un
contrato de 2,6 millones de euros (más los posibles sobrecostes) para la
construcción del Centro de Emprendedores en la finca de La Carmencita, situada
en el barrio obrero de la Inmobiliaria, fuertemente castigado por el paro y la
discriminación.
2,6 millones que salen de los
impuestos de todos los torrelaveguenses para una obra innecesaria que no
responde a las necesidades de la clase obrera y los sectores populares y que
además supone llenar la hucha de los monopolios de la construcción cuando la
crisis estructural del capitalismo azota con más fuerza a los y las
trabajadoras.
Es de destacar que, hace dos
años, el equipo de gobierno (que entonces estaba en la oposición) se mostraba
en contra de esta obra, diciendo que “Los socialistas nos oponemos al centro de
Emprendedores, (…). Tampoco nos gusta que se haga en la Carmencita. Es un
espacio que va a costar 4,4 millones de euros sin contar el mobiliario y
pensamos que es una cantidad astronómica”. Dos años después, y tras una moción
de censura, el PSOE ya en la alcaldía cambia de opinión y además, añade que
esto traerá “propuestas de futuro y nuevas ideas para la creación de empleo”.
¿Cómo es posible que se
contradigan tanto en dos años? Por esto, desde hace varios meses está
trabajando y organizándose la Asamblea contra el Centro de Emprendedores,
formada por diferentes grupos políticos y sociales de la ciudad, entre ellos
ACPT, IU, Podemos, PCPE y CJC, además de vecinos del barrio.
Una asamblea, como se puede
ver, muy dispar en siglas y proyectos. Si hace unos días los medios de la
burguesía señalaban a esta asamblea como “vandálicos” y “una minoría de
radicales” por haber quitado las vallas de las obras con la cara descubierta y
de una manera completamente pacífica, a inicios de esta misma semana, IU se ha
dejado llevar por la misma opinión: no solo deja de participar en la asamblea
sin ninguna comunicación previa a la misma, sino que denuncian y acusan a los
que participan en ella de ser vandálicos, desmarcándose de esta manera de todo
el trabajo que la Asamblea contra el Centro de Emprendedores lleva haciendo
desde hace muchos meses.
Llama la atención como este
mismo grupo que ahora critica todo el proceso que está llevando a cabo la
Asamblea contra el Centro de Emprendedores, se vanagloria de estar trabajando
en un proceso de unidad junto a Podemos y ACPT, una unidad ficticia, sin ningún
programa, de cara a las elecciones del próximo año. Una unidad con esos grupos
a los que la propia IU está denunciando y acusando de vandalismo y de
incívicos... Todo muy extraño, ¿verdad?
Si desde el PCPE ya decíamos
que esta propuesta de unidad no tenía sentido, ahora la Asamblea contra el
Centro de Emprendedores nos está dando la razón: se empiezan a ver los primeros
roces entre los diferentes grupos y sobre todo, se empieza a vislumbrar una
ruptura que más tarde o temprano acabará llegando, no solo en esa
auto-denominada “unidad popular”, sino también en la propia asamblea.
Puede parecer que el PCPE esté
contento con lo que está pasando, pero nada más lejos de la realidad. La
Asamblea contra el Centro de Emprendedores debe ser un lugar donde actúen y
trabajen las masas, un lugar donde la clase obrera y las capas populares
muestren su rechazo a esta construcción sin sentido y donde se denuncie que
esta obra está muy lejos de mejorar el empleo de Torrelavega y de la Comarca
del Besaya, sobre todo cuando en Torres hay un edificio similar al que se
quiere construir con, solamente, el 50% de utilización.
No es un despilfarro cualquiera
y en abstracto, sino que tiene todo el apoyo del gobierno regional de Cantabria
y de la Unión Europea a través de los fondos FEDER, algo que desde el PCPE
venimos denunciando desde que se tuvieron las primeras noticias de esta obra.
El PCPE sigue firme en su papel
y seguirá explicando a la clase obrera y las capas populares que solo con la
salida de la UE y del euro podremos parar este sinsentido, pues es necesario
salir de esta alianza interimperialista y clasista, así como de la OTAN, para
construir la sociedad socialista-comunista.
Cristina
González Vítores