Y esto lo demostramos en la práctica, repartiendo en los centros de estudios, organizando asambleas, charlas y difundiendo esta huelga del 21,22 y 23 de octubre, no como un mero vaciado de las aulas, sino como un punto de inflexión para que muchos jóvenes de extracción obrera se organicen participen en las movilizaciones, trabajen codo con codo con sus compañeros, y de cada batalla, el movimiento estudiantil se vea fortalecido.